Una inteligencia artificial detectó antes que nadie la epidemia del virus de Wuhan
El 31 de diciembre un software canadiense que rastrea múltiples fuentes de datos para detectar la posible propagación de enfermedades, advirtió sobre el coronavirus varias semanas antes de que ni la OMS ni los centros del control y la prevención de enfermedades de EE.UU declarara la alerta sanitaria.
Los comentarios por las redes sociales en los últimos meses del 2019, alertaban de que algo estaba pasando en Wuhan. Muchos vecinos de Wuhan decían encontrarse mal por fiebre y tos. ¿Qué estaba pasando? Ellos todavía no lo sabían, pero el programa diseñado por BlueDot lo descubrió. Aquellos síntomas fueron algunos de los más de cien conjuntos de datos analizados por los algoritmos de la start-up para concluir que estaba brotando una nueva enfermedad infecciosa.
Los gobiernos e instituciones sanitarias de varios países conocían por tanto con semanas de anticipación el brote del virus en Wuhan. BlueDot también siguió los datos del tráfico de personas por avión, para conocer hacia dónde se podía propagar el virus en los primeros días: Bangkok, Seúl, Taipei y Tokio.
Kamran Khan, especialista en enfermedades infecciosas y fundador de BlueDot, decidió fundar esta empresa en 2004, desde entonces este no ha sido su primer logro, también predijo el virus Zika que asoló Florida seis meses antes de que se produjera el primer caso.
La empresa BlueDot apenas es conocida, pero está ayudando a salvar vidas en todo el mundo a través del análisis de datos masivos. Dispone de varios softwares que son capaces de anticiparse a los datos oficiales sobre epidemias. Algo que en ciertos gobiernos reticentes a dar información como en China, es vital para tomar precauciones en una epidemia y evitar que se expanda y se transforme en pandemia. Pero no sólo el Gobierno de China castiga a los que difunden datos no oficiales, varios países tienden a ser conservadores a la hora de informar de la peligrosidad de las enfermedades contagiosas para no alarmar a la población.
El software de esta empresa se basa en el análisis de múltiples fuentes de datos en internet:
- Informaciones de medios de comunicación.
- Datos oficiales.
- Bases de datos sobre enfermedades de animales o plantas.
- Incluso comentarios vertidos en foros. Aunque no rastrea las redes sociales por mostrar información demasiado caótica.
Google hizo desaparecer su servicio de información sobre la gripe basado en búsquedas por países, porque la tasa de error era demasiado alta. Ahora ha dado un paso importante en el control epidemiológico.
Google compró recientemente la empresa de pulseras de actividad y relojes inteligentes Fitbit. El software de estos productos es capaz de detectar si estamos contrayendo la gripe, que por supuesto deben ser verificados por servicios médicos. Las pulseras de Fitbit pueden enviar información valiosa a las autoridades para el control de estos brotes a partir del ritmo cardiaco y datos del sueño. A pesar de que es un avance tímido, el Apple Watch ya dejó claro que era una poderosa herramienta de control de la salud al predecir por ejemplo las alteraciones del ritmo cardiaco, el oxigeno en sangre e incluso realizar cardiogramas. Dichas variables pueden no ser exactas para tener un diagnóstico médico certero, pero su uso como datos masivos que se cruzan con otras informaciones pueden revelar la propagación de enfermedades.
Esto plantea un dilema: ¿estamos dispuestos a que nuestros datos de salud sean tratados como información? Se debería blindar la privacidad de los datos ? Hay que tener en cuenta que esto sólo sería posible cuando un gran número de personas dispusieran de estos dispositivos.
La tecnología puede orientarnos por ejemplo a la hora de viajar a zonas en las que hay epidemias peligrosas, como la del ébola, que azotó sobre todo a África pero incluso dio el salto a España. En Google Mapas encontramos este mapa en el que se puede ver la propagación del coronavirus. Aquí
Luisa Vicente
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