Sin pedirnos permiso, la digitalización hace tiempo que comenzó una carrera de fondo a contrarreloj. Pisó nuestros talones, siguió avanzando, nos sobrepasó y dejó atrás para siempre muchos saberes sin apenas darnos cuenta.
No pasa desapercibido que hemos desaprendido conocimientos importantes que habíamos incorporado y mantenido a lo largo de generaciones, y que hoy no solo han pasado a ser secundarios, sino que incluso se nos han olvidado. Hoy las herramientas digitales nos marcan la agenda del tiempo, el espacio, nuestros comportamientos, y hasta cómo observamos las cosas.
Hemos perdido capacidades analíticas día a día y nuestro cerebro se ha vuelto perezoso. Ya no recordamos los números de teléfonos de nuestra familia o amigos, ni siquiera recordamos el nuestro. No sabemos sumar, restar y dividir mentalmente, y no digamos calcular el volumen de un cilindro.
El último informe TIMSS 2019 que evalúa a los estudiantes de 4º de Primaria en esta materia y también en Ciencias, pone de manifiesto que las matemáticas sigue siendo la asignatura pendiente de las aulas españolas. Nuestro país nunca ha sobresalido en esta asignatura, pero vamos a peor. España está a sólo dos puntos por encima de países como Filipinas, Pakistán, Montenegro, Marruecos o Sudáfrica, a pesar que estemos más dotados en Centros Escolares y profesorado. España sigue cayendo en Matemáticas, según el informe TIMSS.
Hemos externalizado nuestras capacidades y ahora son otros quienes las desarrollan y las manejan. Para facilitarnos la vida, hemos cedido y almacenado nuestros saberes y trabajos en el disco duro del ordenador, en la memoria del móvil o en la nube. Hemos perdido el control de nuestra mente.
Comentarios
No sería mala idea vivir como los amish... seguro que el planeta nos lo agradecería.
Luisa