NOS QUIEREN PRISIONEROS DE LA TECNOLOGÍA DIGITAL

Los gigantes tecnológicos, Google, Apple Inc, Microsoft, Amazón Inc,  Alphabet Inc, Facebook, Tencen, Samsung, entre otros, conocen sobradamente el impacto que tiene sobre la capacidad cognitiva de los niños y adolescentes la sobreexposición a las pantallas, sin embargo no advierten  de sus consecuencias. 

Los grandes beneficios que obtienen estas Empresas  les lleva a fomentar  entre ellos  el uso y abuso de pantallas que de manera  silenciosa les restan  capacidades, plasticidad cerebral ,  y lo peor de todo, les lleva a no valorar lo suficiente la libertad de salir,  y relacionarse socialmente,  algo inherente al ser humano. Esto lo vemos en niños y  adolescente que en lugar de salir a pasear al aire libre, hacer deporte, o estar con los amigos, aficiones  que les reporta confianza y autoestima, prefieren aislarse de todo, incluso de su propia familia, y autoconfinarse entre las cuatro paredes de su habitación  durante más de ocho horas diarias   frente a una pantalla. 

El neurólogo y psiquiatra francés Boris Cyrulnik, refiere que especialmente en Japón, hay una gran proporción de jóvenes y adultos que renuncia incluso a la sexualidad con mujeres. Se encierran en sus habitaciones con sus pantallas y ahí acaba el mundo real. En un fenómeno que ya empieza a ser habitual en Europa. 

Si como dice Willian Wordsworth: "las experiencias que vive un niño influyen en cómo actuará cuando sea adulto",  qué tipo de sociedad están  creando,  y cómo serán las generaciones  futuras si  las empresas más poderosas que marcan  la economía global, manejan  los cambios  en el  mundo, y establecen  la tendenciales sociales, están fomentando   una dependencia enfermiza en niños y menores que empobrece su desarrollo neuronal.


Sin menospreciar  las ventajas que nos aporta la tecnología en el trabajo diario al hacerlo más rápido y eficiente,  y el abanico de posibilidades que se nos abre en todas las áreas que afectan al desarrollo del ser humano, habría que considerar si  la disrupción  que ha producido  en la economía, la ciencia,  la educación, las finanzas, los procesos comerciales,  y hasta en nuestro comportamiento y en la  manera de relacionarnos, es realmente tan positiva como nos hacen creer las grandes Tecnológicas. 

Creo que debido a su rápido crecimiento, el reto más importante al que tendremos que enfrentarnos es cómo podría llegar a cambiarnos como especie. 

La digitalización no  nos pidió permiso, sobrepasó nuestros límites y dejó atrás muchos saberes  sin apenas darnos cuenta. 

Observando un poco como nos ha influido a nivel personal, comprobamos que  hemos desaprendido conocimientos importantes que se habían  mantenido  a lo largo de generaciones, y  hoy no solo han pasado a ser secundarios, sino que incluso los  hemos olvidado. 

En general hemos perdido capacidades analíticas, y nuestro cerebro se ha vuelto perezoso. Ya no recordamos los números de teléfonos de nuestra familia o amigos, ni siquiera recordamos el nuestro. No sabemos sumar, restar y dividir mentalmente, y no digamos calcular el volumen de un cilindro.

El último informe TIMSS 2019 que evalúa a los estudiantes de 4º de Primaria en esta materia y también en Ciencias, pone de manifiesto que las matemáticas sigue siendo la asignatura pendiente de las aulas españolas. Nuestro país nunca ha sobresalido en esta asignatura, pero vamos a peor. España está a sólo dos puntos por encima de países como Filipinas, Pakistán, Montenegro, Marruecos o Sudáfrica, a pesar que estemos más dotados en Centros Escolares y profesorado. España sigue cayendo en Matemáticas, según el informe TIMSS

Hemos externalizado nuestras capacidades  cediéndolas a los servidores de internet,  almacenando nuestros saberes y trabajos en el disco duro del ordenador, en la memoria del móvil o en la nube, ahora sus dueños son  unas empresas depositarias  quienes las manejan. 

Google, el BigData, y los programas computarizados del Estado es ahora la mente cibernética que lo controla todo,  y determina la mayoría de nuestros actos, nuestras  costumbres, y decisiones.  Se podría decir que hemos perdido el control de nuestra mente, esa área cerebral que toma conciencia de nuestra  vida, y de nuestros propios actos.  La que nos hace sentir a quien  amamos, en quien  confiamos,  y expresar  nuestras emociones  y afectos.

Ahora nos cuesta mucho más concentrarnos. Nuestro ingenio e imaginación se han ido haciendo menos rápidos y brillantes. Leer ahora los viajes de Julio Verne, imaginar sus experiencias gracias a sus minuciosas descripciones, nos llevarían al rincón del aburrimiento y del bostezo. Los libros nos hacían volar a otros mundos, hoy nos han cortado las alas  y no habrá forma de recuperarlas. Sin ellas será difícil que despeguemos del suelo y elevemos nuestra conciencia  al  universo de la fantasía, el área donde se fraguan nuevas ideas. 

"La fábrica de los cretinos digitales" Un best seller  en Francia

El libro " La fábrica de cretinos digitales" escrito por el neurocientífico  Michel  Desmerguet ( Lyon 1965 ) director de Investigación del Instituto Nacional de la Salud de Francia, refiere de forma contundente cómo los dispositivos digitales están afectando gravemente el desarrollo neuronal de niños y jóvenes. 

Diversos investigadores observaron  que el Coeficiente Intelectual (CI)   ha ido aumentando generación tras generación, es decir los niños tenían mayor capacidad cognitiva que sus padres,  a esto se le llamó "Efecto Flynn", en referencia al psicólogo estadounidense que escribió este fenómeno.  Sin embargo se ha comprobado  que actualmente los niños presentan un  retraso  cognitivo con respecto a  sus padres.  Desmerguet lo atribuye claramente al uso, pero sobre todo al abuso de las pantallas, videojuegos, y dispositivos tecnológicos. 


Desmerguet, colaborador en centros punteros de investigación en  Massachusetts, y en la Universidad de California entre otros,  no descarta que aunque  el Cociente intelectual pueda estar  afectado por contextos relacionados con  la salud, la escuela,  la nutrición, la exposición temprana a pesticidas, o la contaminación sin saber  la parte  atribuible a cada uno de estos u otros  factores,   lo que  se sabe con seguridad   es que el tiempo que un niño pasa frente a la TV, o a una pantalla digital,  retrasa la maduración anatómica y funcional del cerebro, y  disminuye el desarrollo cognitivo  del lenguaje, la concentración, la memoria, la cultura definida como "el corpus del  conocimiento"  que nos ayuda a comprender el mundo que nos rodea. Todo  esto en su conjunto influye en el rendimiento académico".

Desmerguet  ha referido que aún en los países donde los factores  socio económicos  se han  mantenido estables durante décadas,  por ejemplo Noruega, Dinamarca, Finlandia, Países Bajos y Francia,   han reportado  igualmente  niveles cognitivos inferiores en  niños y  jóvenes  comparado con el nivel de  sus padres.   

La teoría del neurocientífico tiene algunos detractores: Jordi Martí, asesor técnico en la Dirección General TIC de la Consejería de Educación valenciana, argumenta que afirmar eso, " sería como decir que los coches son los culpables de los accidentes, cuando en realidad depende de cómo los uses o de qué tipo de coche sea. En el caso de la tecnología, ocurre lo mismo. Hoy en día hay alumnado bueno y malo, igual que hace 20 o 50 años, y en él hay gente muy válida que juega mucho a videojuegos y otros que no la usan tanto y obtienen peores resultados", explica. En su opinión, hay otras causas socioeconómicas que repercuten en el fracaso escolar, como la pobreza o la contaminación.


Es una irresponsabilidad absoluta que los padres permitan a sus hijos que  pasen media vida delante de pantallas recreativas.

TENTATIVAS DE AUTOLISIS EN MENORES
Datos del El Periódico 2 mayo 2021 

Montse Dolz, Jefa de Psiquiatría del Hospital Sant Joan de Déu, refiere:
  • Las visitas de menores a psiquiatría con tentativas autolíticas se han incrementado un 36% después del confinamiento, un gesto que pone en riesgo su integridad y su vida.
  • El perfil de estos menores sienten un mayor  malestar emocional y psicológico que no saben gestionar. 
  • Son los más introvertidos, les cuesta más ir a la escuela,  y hacen un uso excesivo de las pantallas. 
  • Refiere que en Reino Unido en 2017 hubo un incremento del 70% en autolesiones e intentos de suicidio en las niñas de 12 a 16 años y que tras la pandemia se ha incrementado aún más.

 LEGISLACION DIGITAL  EN OTROS PAÍSES
  • En Asia, por ejemplo, consideran que el uso excesivo de pantallas es una forma de abuso infantil.
  • Taiwán ha aprobado una ley que establece fuertes multas para los padres que exponen a niños menores de 24 meses a cualquier aplicación digital y no limitan el tiempo de pantalla a los chicos entre 2 y 18 años.
  • En China, las autoridades han tomado medidas drásticas para regular el consumo de videojuegos por parte de menores. Los niños y adolescentes no pueden jugar de noche entre las 22 horas y las 8 horas del día siguiente.
  • Tampoco puede exceder de 90 minutos de exposición diaria durante la semana, y 180 minutos los fines de semana y las vacaciones escolares.
Pie de fotoEsto significa que antes de llegar a los 18 años, nuestros hijos habrán pasado el equivalente a 30 años escolares frente a pantallas recreativas o, si lo prefiere ¡16 años de trabajo a tiempo complet
LOS GURÚS DE SILICOM VALLEY  NO  QUIEREN  PANTALLAS PARA SUS HIJOS

Método Waldorf

En Silicon Valley, el epicentro de la economía digital y donde residen los directivos de Aple, Google y otros gigantes tecnológicos hay un consenso en contra de las pantallas. Los expertos que piensan, producen, y venden la tecnología que consume la sociedad del siglo XXI, apuestan por la enseñanza personalizada, y están dispuestos a pagar por ella hasta 30.000 dólares por un curso escolar.  

El método Waldorf  triunfa en la educación de sus hijos por iniciativa privada en 160 centros de Estados Unidos. De estos, 40 están ubicados en California, donde Silicon Valley les ha dado reconocimiento y carta de naturaleza. 

Mientras esto nos puede parecer raro,  medio mundo incorpora como locos ordenadores, tabletas, pizarras interactivas y otros prodigios tecnológicos en las colegios y en los hogares.

Los pioneros en la digitalización  lo tienen muy  claro 
  • Bill Gates, creador de Microsoft, limitó el tiempo de pantalla de sus hijos. “No tenemos los teléfonos en la mesa cuando estamos comiendo y no les dimos móviles hasta que cumplieron los 14 años”, dijo en 2017. “En casa limitamos el uso de tecnología a nuestros hijos”, explicó 
  • Steve Jobs, creador de Apple, en una entrevista en The New York Times en 2010,  aseguró que prohibía a sus vástagos utilizar su recién creado iPad.
  • Chis Anderson en el Times, CEO de la revista Wired, la biblia de la cultura digital:
          “En la escala entre los caramelos y el crack, esto está más cerca del crack.”
  • Alan Eagle, ingeniero informático que trabaja en comunicaciones ejecutivas en Google,  y ha escrito discursos para el Presidente Eric E Schmidt,  se opone rotundamente a las ayudas tecnológicas en la escuela secundaria para aprender y hacer cálculos aritméticos. Afirma que los ordenadores inhiben el pensamiento creativo, el movimiento, la interacción humana y sólo distraen al alumno.  Añade
“No creo en eso de que metes algo en una máquina y sale un resultado sin comprender de donde sale. Si haces un círculo perfecto con un ordenador, pierdes al ser humano tratando de lograr esa perfección. Lo que hace detonar el aprendizaje es la emoción, y son los humanos los que producen esa emoción, no las máquinas. Los beneficios de las pantallas en la educación temprana son limitados, mientras que el riesgo de adicción es muy alto. "

A las niñeras que cuidan de los hijos de estos cerebros tecnológicos, les prohíben por contrato utilizar móvil mientras ejercen su trabajo.  



Clase en una escuela de Silicon Valley, donde una profesora explica a alumnos entre 9 y 10 años de cuarto grado ante una pizarra de madera, tizas de colores, y clásicos pupitres  sobre los que anotan sus explicaciones en cuartillas y con lápiz.  En el aula cuelgan dibujos, mensajes, horarios, y trabajos escolares escritos a mano. Ninguno  ha salido de una impresora, nada, ni siquiera los libros de texto, que elaboran los propios niños a mano  ha sido hecho por un ordenador. No es una clase que pudiera hacer pensar que  que no es del siglo pasado. 


La brecha digital 

Mientras los hijos de las élites de Silicon Valley se crían entre pizarras y juguetes de madera, los de las clases bajas y medias pasan horas y horas  pegados a las  pantallas, y a los móviles.

Según un estudio de Common Sense Media, los adolescentes de hogares con menos ingresos, pasan dos horas y 45 minutos al día más,  ante las pantallas que los hogares con ingresos altos. En EE. UU los niños blancos están significativamente menos expuestos a las pantallas que los negros o hispanos.

La brecha se ve incluso dentro de Silicon Valley. Desde el colegio Waldorf of Peninsula, cuya matrícula ronda los 30.000 dólares anuales, se llega al colegio público Hillview. El primero no utiliza las pantallas hasta la secundaria. El segundo incluye en su programa un iPad por alumno. En el primero, el visitante es recibido por  un espantapájaros hecho por los alumnos y  situado en una huerta que cultivan los alumnos. En el segundo lo recibe  una pantalla de leds  con anuncios del día. 

Lo que revela algunos estudios científicos publicados en la revista Jama Pediatrics
  • Un tiempo mayor ante la pantalla a los dos y tres años está asociado con retrasos de los niños en alcanzar hitos de desarrollo dos años después. 
  • Relacionan el uso excesivo de móviles en adolescentes con la falta de sueño, el riesgo de depresión y hasta de suicidios. 
  • La Academia de Pediatras de Estados Unidos publicó las siguientes recomendaciones en 2016:
  • Evitar el uso de pantallas para los menores de 18 meses. Para niños entre 18 y 24 meses solo contenidos de calidad y visionados en compañía de los padres.
  • Para niños entre 2 y 5 años, una hora al día de contenidos de calidad.
  • A partir de los seis, límites coherentes en el tiempo de uso y el contenido.

 CONCLUSIÓN

Creo que la tecnología aproxima a quienes están lejos, pero aleja a los que tenemos cerca. Ahora sin apenas restricciones  podemos conseguir que los que están cerca estén más cerca todavía  y  dedicarles más tiempo. No queremos que la tecnología digital sea la protagonista en nuestra vida. 

¿Cuánto  hace que no jugamos con  nuestro hijo a un juego inventado y divertido. No creas, no  es tan difícil reemplazar las pantallas si estamos dispuestos a estar con nuestros hijos de forma proactiva. Los niños no son tontos, cualquier niño prefiere jugar con un ser vivo, que jugar con una pantalla, pero obviamente si no lo tiene, cogerá la pantalla.

Hagamos que las pantallas sean secundarias,  y nosotros seamos  los protagonistas.de nuestras vidas,  de lo contrario " acabaremos amando  aquello que  nos esclaviza."

Luisa Vicente

NOTA: Este artículo lo publicó INFOLIBRE 07.06.2019, pero aparece sólo la primera parte de este.  Esta versión para Euskalnews está más  ampliada. 

Algunos enlaces consultados:
  1. https://fashionbabyplace.wordpress.com/2015/02/02/un-colegio-de-elite-en-silicon-valley-sin-ordenadores/
  2. https://ecodiario.eleconomista.es/cultura/noticias/7266789/01/16/El-colegio-sin-ordenadores-ni-pantallas-donde-estudian-los-hijos-de-los-empleados-de-Silicon-Valley.html
  3. https://www.a3coaching.com/2012/10/google-y-la-escuela-waldorf/
  4. https://www.launionregional.com.ar/wordpress/pedagogia-waldorf-en-un-siglo-mas-de-mil-escuelas/
  5. https://pijamasurf.com/2018/06/la_hipocresia_de_silicon_valley_disenan_aparatos_adictivos_y_meten_a_sus_hijos_a_escuelas_que_prohiben_su_uso/
  6. https://pijamasurf.com/2017/03/3_buenas_razones_para_no_tener_un_telefono_celular_segun_un_profesor_de_filosofia/










Comentarios

nuria ha dicho que…
Magnifica reflexión, Luisa!!!, Muy cierto todo.
Luisa Vicente ha dicho que…
Gracias Nuri por tu comentario. Quizá tu profesión te ha acercado a esta realidad que a muchos puede pasar desapercibida.

No sería mala idea vivir como los amish... seguro que el planeta nos lo agradecería.

Luisa