CATALUNYA INDIGNA

                                                                      CATALUNYA INDIGNA


Hogueras en las calles de Barcelona alimentadas con mobiliario urbano y el saqueo en comercios con la excusa de defender la libertad de expresión del rapero Hasél. 


Catalunya no es la Comunidad más indignada de España, sino la más indigna.
El miedo suele estar más presente en aquello que no se nombra que en lo que se menciona. Pocos se atreven a decir que lo que está pasando en Catalunya no es una protesta a favor de la libertad de expresión, sino una desbandada de robos, saqueos y violencia que se están produciendo con total impunidad. Lo demuestra la inacción del Govern en pleno, que no ha condenado unos ataques sin precedentes. El President interino de Catalunya desde el 2020 Pere Aragonés, ha tardado 6 días en dar un tibio mensaje llamando a la "calma" , seguramente aconsejado por sus acólitos por intereses meramente políticos. Le sigue " el profeta catalán exiliado" que vive en su Palacete de Waterloo rodeado de guardaespaldas, todo pagado con dinero público, y pendiente del del sudoku de partidos para saber quién lo llevará a su partido a la Presidencia. Los disturbios producidos en Barcelona le traen al pairo, como buen independentista. Tampoco ha condenado los disturbios. Falta saber si el Parlamento Europeo le retirará la inmunidad el 8 de marzo y se reactivará la euroorden contra él. Continuará el culebrón. Le sigue una una Generalidad que ha dicho que no se presentará como acusación por el vandalismo en las calles, que se saldó en la primera noche la comisaria de Vic destrozada, 25 agentes de policía heridos, entre mossos y policías locales, 40 locales comerciales y entidades bancarias destrozados, 18 detenidos y 33 personas atendidas por el servicio de emergencias médicas. Así lo ha reconocido Miquel Samper, el conseller del Interior que ha declarado: " Nunca se había producido un ataque con tanta virulencia, agresividad, y ganas de hacer daño". Por parte de Podemos, En común y otros partidos del mismo corte ideológico en diversas comunidades autónomas, ninguno ha condenado tampoco la violencia gratuita que se está produciendo de manera especial en Catalunya, al contrario, líderes como Echenique y el Vicepresidente del gobierno Pablo Iglesias, ambos de Podemos, han apoyado en twitter la violencia con soflamas camufladas de "lucha por la libertad de expresión y los derechos humanos".

A fecha de hoy, guerrilleros urbanos llevan una semana destrozando negocios de familias endeudadas por la crisis sanitaria, y empresas que están a punto de cerrar porque no los han dejado trabajar durante casi un año, y por ende el Govern les obliga a pagar los mismos impuestos que antes de la pandemia.
Da miedo tener un Govern indeciso e inoperante, que no hace nada por detener las bandas de independentistas radicales que enarbolan la estelada, y a niñatos, que apenas llegan a los 15 años, y que según el Jefe de los mossos de Escuadra, algunos pertenecen al grupo de MENAS, menores de edad no acompañados que están bajo la tutela de la Generalitat. Lo digo alto, claro y sin miedo, aunque no sea lo políticamente correcto, y me tilden de xenófoba, racista, y fascista. Si me callara por miedo, me convertiría en mi propio censor. La libertad de expresión me la tomo yo misma diciendo lo que pienso, no suplicándola para luego no ejercerla por miedo. Otra cosa distinta es la "libertad de expresión" del rapero Hasél, que la utiliza para amenazar con dar un tiro en la nuca a los que no piensen como él. Eso está castigado en el Código penal y hasta con la pena de cárcel.
En Catalunya están pagando justos por pecadores, lo he visto con mis propios ojos. He visto a alborotadores y maleantes encapuchados cómo asaltaban las tiendas del Paseo de Gracia, cómo destrozaban sus escaparates a patadas y con piedras, posiblemente colocados hasta las cejas de pegamento y estupefacientes, eran máquinas de matar, violencia en estado puro, violencia gratuita, perversa, sin miramiento, sin respeto por la gente, ni por nada. Han robado de las tiendas lo que han pillado, ropa, ordenadores, maniquís, y con el mobiliario han hecho hogueras como si fuera una fiesta o un botellón, han robado sillas de terrazas, jardineras, bancos de jardín, y papeleras, el patrimonio urbano que es de todos ha sido igualmente quemado y aporreado hasta quedar reducido a cenizas.

Hoguera en una calle de Barcelona quemando barricadas

El capítulo de altercados asciende a millones de euros, dinero que pagaremos los de siempre, porque en este país los que gozan de impunidad son los ladrones de guante blanco y los rateros que viven de robarnos el reloj, el móvil, la cartera, y okupan nuestras casas con luz, gas y agua gratis, porque el Govern obliga al propietario del piso okupado a pagar los recibos de estos servicios. Por contra, en lugar de ser condenados con cárcel por apropiación indebida de una propiedad privada, les dejan que sigan okupando casas y plantando marihuana en locales con la luz pinchada, con los consiguientes peligros de declararse un incendio, y poner en peligro la vida de los vecinos, como ha ocurrido tantas veces.

La Comunidad donde se producen más okupaciones ilegales en España, es en Catalunya, especialmente en Barcelona, y está muy por delante de todas las demás ciudades. La consecuencia de esto se debe, a que organizaciones independentistas como Aran, que pertenece a la CUP, promueven la okupación como "una herramienta para la emancipación". A finales del 2020, Aran reeditó un manual del 2014 con 100 páginas para enseñar cómo okupar viviendas y resistirse a la policía. En ella detalla las mejores herramientas para reventar puertas y ventanas, manipular contadores del gas, luz y del agua, hacer un estudio por zonas para averiguar las casas que están vacías. Igualmente cuentan con un despacho legal que les asesora gratuitamente de los requisitos para facilitarles la okupación, conocer los derechos que les asisten, y cómo  defenderse en caso de que la policía aparezca. Además, se especifican problemas jurídicos a este tipo de casos, los delitos a los que deberán enfrentarse si se abre un proceso judicial, y las mejores estrategias para minimizar riesgos.


El Govern facilita la okupación, porque así soluciona el problema de la vivienda sin tener que invertir un euro en la construcción de viviendas sociales. Obviamente la Administración tendría que ser la responsable de cederles un alojamiento a familias vulnerables con el dinero que obtiene de nuestros impuestos, aunque fuera un alojamiento temporal para evitar que centenares de personas estén hacinadas en descampados urbanos. No han de ser los ciudadanos los que tengan que solventarles el problema habitacional que no han sabido gestionar y que se obstinan en no dar solución a un conflicto tan grave. Que los ciudadanos "cedan" sus propias viviendas a okupas, y tengan que marcharse a vivir a un hotel, o a casa de un familiar, hasta que un juez determine de quién es la casa, un tiempo que nunca es menos de un año, es lo mas descabellado que existe. Necesitamos justicia.
Los que asaltan a ciudadanos pacíficos en las calles, tampoco son castigados, ni los retornan a sus países de origen , aunque sean reincidentes, hayan robado 40 veces en un mes, y hayan entrado al país ilegalmente.
Nuestras leyes son laxas, porque nuestros gobernantes son laxos, carecen de contundencia, y de voluntad para acabar con los que arruinan y deterioran la imagen de nuestros barrios y ciudades, y a más escarnio, ellos mismos cooperan a deteriorarla y a arruinarla, aunque afirmen amarla y defenderla, aparte de dejar en el desamparo a trabajadores y autónomos desangrados con impuestos insufribles, especialmente en Catalunya, la comunidad con la fiscalidad más alta de todas.
La buena política ha muerto en Catalunya y ha dejado colgados a sus ciudadanos.



No se entiende la violencia con agresión, la del “Tsunami democrático”, la de los CDR, y la de Arran, la parte más radical de la Cup, autodenominados  anticapitalistas, que junto a otros grupos muy jóvenes, pintaron símbolos con sprays en las paredes de los comercios asaltados, quemaron contenedores, automóviles, motos, y mobiliario urbano. Han atacado a constitucionalistas, reporteros, a los furgones de la policía, y a la misma policía con grandes piedras, adoquines, barras metálicas que pueden causar graves heridas e incluso la muerte, lo que les convierte en homicidas potenciales a los que la policía debe contestar con simples “palmaditas en la espalda” o escondiéndose tras una esquina sin decirles nada, como reclaman las entidades independentistas. Esto es fascismo puro y duro, totalitarismo indecente.

AMENAZAS ANARQUISTAS A GARCIA  ALBIOL

El alcalde de Badalona, Xavier Garcia Albiol, ha denunciado este martes una amenaza anarquista señalada  en un muro de la ciudad.

Albiol ha compartido a través de las redes sociales la imagen de la fachada de un edificio donde aparecía la frase: “Albiol, mira bajo el coche”  El gratifi está firmado con una A circulada, símbolo del anarquismo.

A través de un tuit, Albiol  ha señalado: 

“Si el personaje que ha pintado esta amenaza en una de las principales calles de Badalona hubiese leído algún periódico en su vida, y para eso sería recomendable levantarse de a cama antes de las 12 del mediodía, sabría que durante muchos años estas amenazas no eran ninguna broma”.


¿ Porqué los ciudadanos no se atreven a abrir la boca y a denunciar estas guerras urbanas que vivimos en Barcelona desde hace tiempo ?

Tampoco las fuerzas del orden están cumpliendo con su obligación de defendernos, ¿ al servicio de quién están ?

¿ Porqué la ciudadania no denuncia a un gobierno que pide que vayamos a las urnas a votarles el 14-F, mientras una semana antes nos exigían que nos quedáramos en casa para no contagiarnos ?
El que vota un gobierno independentista que está arruinando a su propio país y sumiéndolo en la mayor decadencia conocida hasta ahora, apoya la traición de estos partidos y los refuerzan con sus votos.

Catalunya es un insulto a los demócratas que rechazamos la violencia y añoramos la Barcelona de antes .

Luisa Vicente




Comentarios