LAS MASCARILLAS DEL ADULTO AFECTAN AL RETRASO DEL LENGUAJE DE LOS PEQUEÑOS



Parece ser que el uso de mascarillas en adultos, está transformando el comportamiento y las reacciones de los niños y de los bebés.  Sobre estos últimos, la revista "Frontiers in Psychology" publicará una recopilación de artículos científicos  para alertar del impacto  de las mascarillas en el lenguaje de los más pequeños. 

A continuación transcribo el artículo que el Periódico de Catalunya difundió hace unos días. 

Los expertos investigan si las mascarillas afectan al desarrollo del habla de niños y niñas

Ante la falta del apoyo visual que implica ver el movimiento de los labios, los profesionales recomiendan a los educadores infantiles hablar más lento y realizar más gestos

Para aprender a hablar, los niños y las niñas tienen un apoyo fundamental en la boca de su interlocutor. Desde los cuatro meses, los bebés se fijan en los labios más que en los ojos. Aprenden por imitación y a los 2 años suelen tener un registro de unas 50 palabras, que irán aumentando cuando cumplan los 3 o los 4 años (siempre y cuando no sufran algún tipo de trastorno médico).

¿Está afectando al desarrollo del habla de los menores el uso generalizado de la mascarilla en los adultos con los que interactúan? Ellos no llevan tapabocas (no es obligatoria hasta los 6) pero los profesores sí dado que es un elemento imprescindible en la lucha contra el coronavirus. También las llevan sus padres y madres cuando se pasan la tarde con ellos en el parque. Y los abuelos. Y sus hermanos mayores. El único momento en el que los peques ven la cara completa de sus padres es en casa. Todavía no hay un estudio científico que constate el impacto real en el desarrollo del habla de los menores, pero los expertos intuyen que sí se está produciendo. Leer los labios es fundamental para aprender a hablar, y de eso sí que hay evidencia científica.

A los 2 o 3 años, niños y niñas deberían ser capaces de estructurar bien frases de tres o más elementos y utilizar verbos. Entre los 3 y los 4, deberían usar oraciones ‘complejas’ y ser capaces de comprender y producir un amplio repertorio de vocabulario. Entre los 4 y los 5, deberían ser capaces de estructurar el lenguaje y jugar con él a través de adivinanzas o chistes.

“Observar los labios ayuda a adquirir el lenguaje. A partir los 4 y 8 meses emiten balbuceos y su punto de atención es la boca. Es algo que sucede también cuando aprendemos un idioma extranjero. Si no tienes la información de la boca, es como si tu cerebro fuera más a ciegas”, explica Núria Esteve-Gibert, profesora de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) e investigadora del Grup de Recerca en Cognició i Llenguatge (GRECIL). La investigadora está recopilando artículos científicos internacionales que traten el posible impacto de las mascarillas en el desarrollo del habla de los menores. Toda esa información -y sus conclusiones- serán publicadas en la revista 'Frontiers in Psychology'.

La investigadora menciona el efecto McGurk, un experimento en el que un hablante produce en tres ocasiones el mismo sonido (ba), pero que dependiendo de cómo mueve la boca el oyente percibe ba, da o fa. “Los niños se fijan en la boca para discriminar unos sonidos de otros. Dependiendo de cómo muevas la boca es más fácil distinguir si dices pata o bata. Hay fonemas concretos que necesitan un apoyo visual”, explica Laura Castro Romero, logopeda y vocal del Colegio profesional de Logopedas de Madrid. Al igual que opinan muchas profesoras de guardería, Castro Romero intuye que la implementación de la mascarilla está afectando al desarrollo del habla entre los más pequeños porque “las fuentes de aprendizaje son tanto visuales como auditivas”, subraya.

Es algo que estaría perjudicando a todos los niños, pero que podría ser más serio en el caso de los que tienen algún tipo de trastorno del lenguaje. Son críos perfectamente sanos que se comunican y comprenden lo que se les dice. De hecho, están empezando a aprender a leer y escribir. Pero necesitan ayuda profesional para corregir esa dificultad. Si no la reciben, pueden tener problemas para desarrollar una correcta capacidad de lectura y escritura.

Otro estudio pormenorizado sobre las mascarillas en el  blog:  Logopeda on line 

LOGOPEDA ON LINE

 Efectos de las mascarillas en la comunicación y el lenguaje de tu bebé y tu hijo/a pequeño  Lo transcribo parcialmente porque es amplísimo. Pinchando en el enlace azul encontraréis el artículo completo, consejos, y una amplísima exposición de temas relacionadas con  la logopedia. 

(Mi artículo original fue publicado el 15 de octubre de 2020 y esta actualización es del 6 de diciembre de 2020, después de un directo hablando de este tema y de querer ampliar la información que ya había compartido).

Desde el inicio de la pandemia ha habido muchas cosas que me han preocupado profundamente, mucho más que el virus en sí. Ya escribí a principios de abril, en pleno confinamiento, el artículo “Comunicación respetuosa con nuestros hijos en el confinamiento y es que estaba leyendo muchos comentarios de mamás en las redes preocupadas por las conductas de sus hijos, algunas regresivas. Niños/as que manifestaban miedo por las noches, se estaban volviendo a hacer pipí encima, comer peor, estar muy pegados a sus mamás… Quería aportar mi visión y la importancia de la comunicación con nuestros hijos/as también en situaciones tan extrañas y nuevas como una pandemia. Puse varios ejemplos reales de testimonios de mamás con mis reflexiones y posibles ayudas.

Más adelante me he estado cuestionando y he ido investigando sobre los efectos de la mascarilla en la comunicación y la interacción entre los bebés y niños/as y sus mamás, también con sus papás, amigos y personas en general. Me preocupa bastante y me entristece.

¿Qué significa tener la boca y parte de la cara tapada cuando nos comunicamos con un bebé o un niño/a pequeño? Yo me lo planteaba primero por el hecho de tener que llevar mascarilla en la escuela, sobre todo para los niños que están en pleno desarrollo del lenguaje.

1) Cómo aprenden a hablar los bebés: varios mecanismos

Imitación y neuronas espejo

La imitación es una capacidad innata. Los bebés de apenas unos días de vida son capaces de imitar movimientos faciales como abrir la boca o sacar la lengua1.

El aprendizaje de las conductas y de las respuestas emocionales requiere la imitación y la observación de reacciones ajenas que acaban conformando nuestra propia experiencia. Los bebés asignan en su propio cuerpo los comportamientos que observan en otros para poder imitarlos.

Para comprender estos mecanismos es necesario conocer la existencia de las neuronas espejo, responsables de la capacidad de los mamíferos para empatizar con otros seres vivos2.

Además de para la empatía, estas conexiones son imprescindibles para el aprendizaje, la imitación y la correcta adaptación en un mundo compartido por otros seres sociales.

Muy interesante es también donde se localizan estas neuronas espejo, principalmente en una zona situada en la parte frontal del hemisferio izquierdo del cerebro (área de Broca) que está relacionada con la capacidad para el lenguaje. Cuando escuchamos a alguien y le vemos gesticular, las neuronas espejo activan el área de Broca y las regiones del cerebro encargadas de mover los músculos fonadores como si nosotros mismos estuviésemos hablando. Este hecho se produce incluso a edades tempranas, por lo que su impacto en el aprendizaje de las habilidades comunicativas es innegable. Un mal desarrollo de estas conexiones neuronales está directamente relacionado con la afasia y otros trastornos del habla.

El niño ve al adulto riendo, las neuronas espejo transmiten una señal que hacen que experimente lo que el adulto. El niño ve al adulto hablando y las neuronas espejo le activan las zonas del cerebro encargadas de la fonación y el habla.

Así que conociendo toda esta evidencia científica puedo añadir una vez más que llevar mascarillas está interfiriendo de maneras que todavía no podemos saber el desarrollo de los más pequeños. Desarrollo emocional, de la empatía y de la comunicación y el lenguaje.

1 En dos artículos de Escuela con Cerebro, “Las neuronas espejo y la educación” y “Neuronas espejo, empatía, imitación y desarrollo en la primera infancia”.

2 “Las neuronas espejo. Aprendizaje, imitación y empatía”, en colección Neurociencia de El País Colecciones.

Audición y lectura labial

Los niños/as que aprenden a hablar hacen uso de varios mecanismos. Por supuesto, la audición es clave, escuchar bien es muy importante para un buen desarrollo del lenguaje y del habla. Es por eso que es importante asegurarnos de que no hay problemas auditivos en los bebés y en los niños/as, por ejemplo mucosidades en el oído medio, debido a resfriados, o demasiada secreción de cera. Todo el tiempo en que un niño/a tiene mucosidades o cerumen en el oído no está escuchando bien, se está perdiendo información. Además que muchos fonemas los está escuchando amortiguados y no claros. Hay fonemas que se parecen mucho (como la c y la f, o la r simple y la d) y si no los escuchan claros, no los van a discriminar bien y luego no los van a poder pronunciar bien tampoco.

Lo que también hacen los niños/as cuando están adquiriendo el lenguaje es mirar a la boca de las personas. En la escuela, los niños/as ahora no pueden mirar la boca de sus maestras. ¿Y en qué se traduce esto? Pues que no van a poder ayudarse de la lectura labial en el caso de que el oído les falle por algún motivo o simplemente necesiten asegurar diferenciar dos fonemas parecidos como los que comentaba hace un momento. Incluso con buena audición, las personas nos apoyamos en la lectura labial para acabar de discriminar ciertos fonemas. Para poner un ejemplo la c (pronunciada como en español de muchas zonas de España) suena casi igual que la f. En la c la lengua se pone entre los dientes y en la f se usan los dientes superiores y el labio inferior. Hay niños/as que están aprendiendo a discriminar estos matices que si no pueden apoyarse de la ayuda visual, van a tenerlo muy difícil. Lo mismo con otros pares de fonemas como la r simple – dr simple – l

Adquisición segunda lengua

También me preocupaba el aprendizaje de segundas lenguas para los tantos niños/as que llegan de otros países con sus lenguas de origen y que tienen la tarea de aprender el idioma del país de acogida. Ver a sus compañeros/as y profesores/as con la boca tapada no les ayuda en absoluto. Y para los niños/as del país, aprender segundas lenguas como el inglés sin ver la boca de su profesor/a tampoco es para nada una situación deseada ni favorecedora de lenguaje.

Niños/as con dificultades añadidas

Todos estos efectos negativos de las mascarillas son pensando en niños con desarrollo normal del lenguaje. En los niños con alguna dificultad añadida, el efecto de las mascarillas puede ser en realidad muy grave. Recientemente he conocido la historia de una niña de unos nueve años que es sorda de nacimiento pero muy funcional. Esta niña ha adquirido el lenguaje oral gracias al apoyo de la lectura labial y no tenía problemas mayores de comunicación hasta ahora.

Ahora se encuentra que su apoyo visual está cubierto con una mascarilla. De repente se encuentra que no puede entender nada de lo que ocurre a su alrededor. Su maestra usa mascarilla transparente pero sus compañeros/as no. No puede entender nada de lo que su compañeros/as dice, tampoco cuando va por la calle y ve las caras de las personas cubiertas.

Un ejemplo de lo que están viviendo los niños/as sordos. Y estamos pensando en los que ya habían hecho el proceso de adquisición ayudándose de sus capacidades y llegando a ser funcionales. ¿Pero qué sucede con los más pequeños/as? Los que ahora están en ese proceso de adquisición, no tienen la oportunidad de hacer uso de sus habilidades y capacidades para leer los labios pues no los pueden ver. Se les está negando la oportunidad de desarrollar su lenguaje oral de una manera más natural que sería usando al máximo todas las situaciones cotidianas. Ahora las situaciones cotidianas no les proporcionan lo que necesitan así que van a requerir de un trabajo todavía más específico en sesiones de logopedia.

¿Y los niños/as invidentes? Ellos no pueden ver los labios, ¿es el desarrollo de su lenguaje diferente al de los niños/as videntes?

Se me ocurrió revisar la literatura que existe sobre la adquisición del lenguaje en niños invidentes. Efectivamente, los niños invidentes no se pueden apoyar en lo visual, así que ellos adquieren el lenguaje si mirar los labios. ¿Es el desarrollo de su lenguaje diferente al de los niños videntes? Pues hay estudios1 que afirman que el niño vidente imita movimientos de los labios y de la lengua ya a los dos meses. También que balbucean por un periodo más largo. Al balbucear están haciendo probaturas de lo que pueden emitir y de lo que pueden hacer con sus órganos fonoarticulatorios.

A diferencia de esto, los niños invidentes balbucean menos y presentan peculiaridades fonológicas y errores articulatorios por la ausencia de estímulos visuales. Tienen falta de seguridad a la hora de articular algunos pares de fonemas parecidos como la m/n, la l/r, la s/f… o (también estudiado en otras lenguas, como el alemán) entre los fonemas o grupos de fonemas st/sps/v/f, (o en inglés) la l/r/w.

Así que, efectivamenteno tener el apoyo visual de los labios puede dar dificultades a la hora de discriminar los fonemas de la lengua, provocando que la consciencia fonológica también se vea alterada, o que no se adquiera de una manera tan sólida, lo cual tendrá también consecuencias a la hora de adquirir la lectoescritura. Si no se tiene una buena consciencia fonólogica, que es la habilidad para reconocer, categorizar y usar los fonemas de la lengua, luego no se podrá escribir bien porque el niño puede tener muchas dudas en cuanto a la diferenciación de los fonemas y poder escoger la grafía que corresponde para poder escribir.

Tengo un ejemplo reciente con mi hijo de 6 años y medio: no distinguió entre la g y la b. Le dije gola (garganta en catalán) y entendió bola.

1 “Los Trastornos de Lenguaje en Niños con Deficiencias Visuales”, Walter Elstner.

2) Importancia de la comunicación natural: ¿cómo queda con la mascarilla?

El segmento de la población que más me está preocupando si cabe son los bebés. Cuántas veces he hablado de la importancia de la comunicación que dirigimos a nuestros hijos/as, también y especialmente cuando son bebés, y cómo el tipo de comunicación tiene un impacto en el desarrollo de su lenguaje.

Una comunicación natural, respetuosa y favorecedora de lenguaje es aquella en la que estamos con nuestros bebés (o hijos/as más mayores) haciendo una actividad compartida, en la que nos mostramos presentes, observándoles, escuchándoles y haciéndonos expertas de su comunicación. Qué importante es lo que nos expresan con sus gestos, sus expresiones faciales, sus vocalizaciones, antes de sus primeras palabras. Pero también la importancia de ciertos ajustes naturales que hacemos nosotras en nuestra manera de comunicarnos con ellos, con nuestro lenguaje no verbal, donde nuestra entonación es más marcada, el tono de voz más suave, las pausas más largas, el ritmo del habla más lento y nuestras expresiones faciales se emfatizan. Siempre “receto” hacer teatro con nuestros hijos/as, exagerar nuestras expresiones faciales y nuestra entonación.

De acuerdo que en casa sí que estamos sin marcarillas y todo esto se da de manera normal, pero hay muchos otros momentos del día en que salimos a la calle y que ya debemos llevar la mascarilla que nuestro bebé nos va a estar viendo con la cara tapada y, por supuesto, se va a perder parte de esa comunicación no verbal tan importante.

Incluso es sabido que muchas mamás que han tenido bebés en tiempos de pandemia han tenido que llevar mascarilla en los centros donde han dado a luz, también mientras daban el pecho (o aunque no fuera el pecho). Imagínate cuantas mamás han tenido que estar por tiempos más prolongados en el hospital (por ejemplo en casos de prematuridad) y gran parte de las primeras interacciones entre ellas y sus bebés se han dado con la mascarilla tapándoles la cara, la boca.

Experimento de la cara inexpresiva

He estado buscando que dicen otras personas al respecto y encontré este artículo llamado “Madres con mascarilla o … ¿el experimento de la cara inexpresiva?” escrito por Carmela K Baeza, especializada en medicina familiar y comunitaria, asesora de lactancia materna.

Esta doctora dice que los bebés están neuronalmente preparados para mirar a sus mamás a la cara y aprender a leer y expresar emociones desde el nacimiento. Habla de como una psiquiatra perinatal señaló como llevar las mascarillas cuando estamos con nuestros bebés se parece al experimento de la cara inexpresiva.

“En 1975, Edward Tronick y sus colegas describieron el experimento de la cara inexpresiva. En el experimento, el bebé y la madre están sentados frente a frente, y cuando esta se queda inexpresiva y no responde a los gestos del bebé, éste «rápidamente se pone nervioso y se repliega».  El bebé hace intentos para lograr que la interacción vuelva a recíproca. Cuando estos intentos fracasan, con una expresión facial desesperada, el bebé se retira y orienta su rostro y su cuerpo lejos de la madre. Esto confirma que una cara impasible reduce el intercambio de afecto positivo y de miradas, y aumenta el afecto negativo en el lactante.”

En resumen, en el experimento la mamá tiene que estar con una cara inexpresiva. Cuando el bebé la ve así se pone nervioso e intenta hacer todo lo posible para para que la mamá responda. Cuando no lo logra ¡quiere alejarse de su mamá!

Interacción mamá – bebé más una comunicación especial: apego y afecto social

Como decía más arriba, la mamá con su bebé le mira a los ojos y le habla de una manera especial. Esta manera especial de hablar se llama maternés y con estas interacciones mamá y bebé están sentando las base de un apego seguro y un afecto social positivo. Además, el bebé está aprendiendo a comprender las expresiones faciales e integrar el tono de voz con la sonrisa y la mirada.

Y, digo yo, más allá de la interacción con la mamá y los cuidadores/as próximos, ¿qué ocurre con el resto de momentos diarios en que el bebé o el niño/a va por la calle, sea en el cochecito o ya andando, y ve a todas las personas alrededor con mascarillas y sin poder acceder a sus expresiones faciales más allá de los ojos? En estos días los bebés y los niños/as se están perdiendo centenares de momentos en que de manera natural estarían adquiriendo todos estos aprendizajes implícitos de conocer las emociones de los demás que va de la mano con ser capaces de ir construyendo sus propias emociones.

“Las experiencias tempranas de cuidados, atención e interacción emocional impactan directamente en el crecimiento y la organización del cerebro, y las relaciones de apego tempranas pueden tener el efecto de prevenirlo, por el contrario, aumentar el riesgo de trastorno mental”, afirman Newman y colaboradores.

La importancia de la relación mamá – bebé los primeros meses

Es importante saber que en los primeros meses, incluso los dos y tres primeros años, la relación más importante que se debería potenciar es la de la mamá – bebé, mamá – hijo/a. Los bebés con quien más necesitan estar es con sus mamás, no necesitan estar en otros brazos, ni necesitan muchísimas interacciones sociales. Con sus mamás establecen el vínculo básico y más importante. La necesidad de más interacciones sociales va apareciendo progresivamente durante los siguientes años y varía de un niño/a a otro.

Entonces, como dice la doctora Baeza en su artículo, ¿estamos frente a una versión Covid del experimento de la cara inexpresiva?

Ahí va mi consejo: pasar el máximo de momentos sin la mascarilla cuando estamos con nuestros bebés y nuestros hijos/as en edad de adquisición y desarrollo del lenguaje. Si eso significa tener que ir a lugares menos concurridos, lugares que con las medidas de seguridad pertinentes permitan quitarnos la mascarilla o estar más en casa, debemos hacerlo.

Potenciar la comunicación no verbal

Según Mehrabian, psicólogo especialista en comunicación no verbal, la comunicación verbal es altamente ambigua. Dice que cuando comunicamos emociones y sentimientos el 93% se hace por comunicación no verbal.

Sus cifras son las siguientes. El 55% es comunicación corporal: los gestos, las posturas, la posición respecto al otro, el movimiento de los ojos, la respiración. Un 38% es lo que transmitimos con la voz: el tono, la entonación, la proyección, la resonancia, el énfasis, las pausas, el ritmo. Y solo el 7% son las palabras en sí.

Así, podemos darnos cuenta de la importancia de la comunicación no verbal siempre. Algo que repito sin parar es la importancia de hacer adaptaciones a nuestra manera de hablar, de nuestro lenguaje y comunicación, cuando nos comunicamos con nuestros hijos, especialmente si estos tienen alguna dificultad en el lenguaje o en el habla. También lo pauto hacer especialmente cuando estamos jugando o mirando cuentos con nuestros hijos. Debemos:...

Sigue el artículo completo pinchando el enlace 

Creo que merece la pena que lo difundáis de manera urgente. Es un asunto del que pocos hablan. Estamos a tiempo de poder corregir los errores  y retrasos en el habla que pueden originarse en nuestros pequeños. 
Luisa Vicente

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